Dimes y diretes sobre Cambio Climático

 Partiendo del consenso casi unánime de que la intervención antrópica al ecosistema terráqueo le ha provocado afectaciones fuertes en tan corto período de tiempo que le impiden reestablecerse, poniendo en entredicho, en el mejor de los casos la calidad de vida y en el peor, la vida misma. El mito de “La Torre de Babel” y el lenguaje económico, popular y científico en torno a un tema crítico para la humanidad.

 

Es una desventura que afecta la especie humana el hecho de que, como colectivo, sólo los sucesos trágicos sacudan[1] su estructura de pensamiento. El tsunami del sur de Asia o el huracán Katrina por ejemplo; entonces sí, los medios de comunicación se vuelcan a la captura de imágenes o testimonios conmovedores para ser esparcidos al momento por todo el globo terráqueo. Con millones de congéneres impactados, es más fructífero llevar a cabo reflexiones sobre el trato que estamos dando a la Tierra; al parecer y en consecuencia, deberíamos congratularnos por haber comprendido la alerta de la naturaleza para dar curso al camino de reconversión, más no es tan sencillo.

La diáspora a la que alude el mito de La Torre de Babel[2], aún hace presa de la humanidad. Diferentes lenguajes se hablan en el planeta, en cuanto hace referencia al propósito común de evitar el deterioro continuado de la calidad de la vida, debido a actividades antrópicas. Ellos podrían resumirse en tres:

Popular: El que van imponiendo y machacando los medios masivos de comunicación. Confunde por ser contradictorio. Hace unos días el diario El País de España reseñaba en la editorial, el impacto de los combustibles fósiles en el Cambio Climático; ese mismo día, el mismo diario, presentaba 17 anuncios promocionando la venta de automóviles. ¿A qué se atiene el común de la gente, a la discreta y somera información de un editorial o a la deslumbrante propaganda de un carro, flamante o modesto, que en todo caso da estatus social?

 Económico: La palabra economía tiene diferentes acepciones[3], pero aquí se hace referencia a la economía de mercado[4] que procura a toda costa sacar el máximo de ganancias, medidas éstas a través de un artificio de invención humana llamado dinero. Tal artificio ha modelado de forma explícita o implícita la cultura del consumo y el confort; puestas las cosas así, la respuesta al anterior interrogante resulta obvia.  

Científico: Fruto de la lectura disciplinada y constante de los signos de la naturaleza. Dicho lenguaje es capaz de hacernos comprender lo que en ella ocurre, lo cual es de suma importancia debido al indisoluble vínculo que nos sujeta. Sin embargo, el encandilamiento que ejercen en la comunidad humana los dos lenguajes anteriores, desdibujan los argumentos de éste, hasta límites dramáticos; retornamos donde empezamos: tsunamis, huracanes, enfermedades...

Partiendo del consenso casi unánime de que la intervención antrópica al ecosistema terráqueo le ha provocado afectaciones fuertes en tan corto período de tiempo que le impiden reestablecerse, poniendo en entredicho, en el mejor de los casos la calidad de vida y en el peor, la vida misma; es menester permitir que sea audible la ciencia, para posibilitar una relación dialógica entre los tres lenguajes mencionados.

Entonces y aún cuando suene descabellado en necesario traer a cuento dos asuntos que se han pasado por alto y que son fundamento de la vida en el planeta: El primero se refiere a que la energía proveniente del Sol, fluye por el planeta echando a rodar la vida, lo hace en una sola dirección; en otras palabras, la energía lumínica se transforma en energía química (alimentos), en energía cinética (vientos) etc. El segundo se refiere a los elementos  y moléculas que estructuran la vida; éstos circulan por la naturaleza; el nitrógeno de la atmósfera es fijado en el suelo por las tempestades eléctricas o por cierto grupo de bacterias, para ser luego absorbido por las plantas que servirán de alimento al reino animal, quienes lo retornan al suelo, para iniciar de nuevo el recorrido.

Ahora bien; lo descrito atrás fue un proceso que tardó millones de años en acuñar diferentes formas de vida entre ellas la nuestra; de ahí que desconocerlo o desoírlo, es pretender enmendar las afectaciones partiendo de un punto equivocado.

 

El IPCC ha puesto mayor énfasis

en mitigar los efectos de los GEI

que en cuestionar la organización

económica y social que los produce

 

 Si bien es cierto que se ha creado un organismo multinacional[5], esfuerzo muy loable, éste adolece del defecto mencionado. Quizá en sus debates el lenguaje económico sea el más audible y beligerante, debido ha que el sistema ha modelado un estilo de sociedad ignorante de las leyes de la naturaleza que dieron forma al ecosistema terráqueo, más aún, que ellas son anteriores a las leyes constituidas por la especie humana para vivir en sociedad y usufructuar los recursos naturales. El IPCC entonces, ha puesto mayor énfasis en mitigar[6] los efectos de los gases efecto invernadero- GEI-, que en cuestionar la organización económica y social que los produce, o en investigar acciones adaptativas para lo que ya al parecer no tiene reversa.

Desmenuzando el concepto mitigar, tal y como se nos plantea desde las esferas decisorias de las políticas mundiales, encontramos que para no renunciar a la dolce vita que los países industrializados buscan mantener, a los países segundones se nos impone, por vocación o por sumisión, el destino de bailar al son que nos toquen: producción de agrocombustibles y negocios financieros de los bonos que el Protocolo de Kyoto gestó.

Circunscribiéndonos al tema de agrocombustibles, mirados tal y como se puede auscultar a través del ojo de la puerta, es decir, con ángulo bastante limitado, pues sólo se evalúa la eficiencia de la combustión[7]; dato con el cual se ponderan sus virtudes para atenuar los efectos que el despilfarro en el uso de energías fósiles producen; quedan desdibujados, inaudibles, procesos energéticos fundamentales y anteriores a la llegada de las plantas a la industria que las procesará para que prospere carrópolis. David Pimentel y Tad Patzek de las Universidades de Cornell y California, calcularon la eficiencia sumando la cantidad de insumos requeridos en el cultivo y procesamiento, encontrando que por cada unidad de energía fósil usada en la producción de agrocombustibles, el retorno es de 0.778 para etanol de maíz, 0.636 para etanol de madera y 0.534 para agrodiesel de soya[8].

 Sin embargo, existen procesos vitales que son desatendidos y con ello precipitamos tanto el ecosistema global como la comunidad humana a males mayores; el ciclo hidrológico es uno entre tantos ejemplos. Cuando disminuyen las áreas boscosas disminuye en forma exponencial[9] la ocurrencia de lluvias; hablando de casos reales, lo decidido por el presidente de Brasil en cuanto a plegarse a los dictados de la producción de agrocombustibles, afecta el régimen de lluvias en la región andina colombiana. La ciencia dice que durante el verano una comunidad vegetal puede llegar a incrementar 25 % la cantidad de hojas, por tanto también hay un incremento en la evapotranspiración[10]; la soya evapotranspira diez veces menos que las especies del bosque[11], entonces es evidente que el ciclo empieza a llevarse a cabo con deficiencias, y como el sistema atmosférico no conoce fronteras, los impactos pueden ser padecidos en lugares distantes y ajenos a las decisiones miopes de administradores públicos obedientes a los dictados del sistema.

 

La ciencia social ha expresado su

desacuerdo con el descarado y

descarnado modelo que se quiere imponer

con los llamados biocombustibles

 

 La ciencia social ha expresado también desacuerdo con el descarado y descarnado modelo energético que se quiere imponer. Ya se manifestó en Colombia el Tribunal Permanente de los Pueblos en ese sentido: De las pruebas aportadas al Tribunal se desprende que las políticas promovidas e impuestas por el Estado colombiano atentan gravemente contra la biodiversidad agrícola y forestal que fue utilizada sustentablemente durante siglos por las comunidades indígenas, afrocolombianas y campesinas; el desplazamiento de poblaciones indígenas, afrocolombianas y campesinas..., la expulsión de las comunidades tradicionales... El monocultivo industrial de palma y otras especies se presenta así mismo como un método muy efectivo de control del territorio, e indirectamente de control social, merced a la implementación de un modelo globalizado a gran escala[12].

Cabe ahora una pregunta ¿cuándo va ha ser audible la ciencia? El IPCC no tiene dentro de sus funciones la investigación; nutre sus directrices de los informes que se presentan a otro estamento llamado Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, que tiene el deber de instruir la ciudadanía mundial en asuntos inherentes al cambio climático y a su vez procurar acciones que permitan estabilizar los GEI de tal forma que se asegure la existencia de la especie y se logre un desarrollo sostenible.

 

La investigación, mano derecha de la ciencia,

no es protagonista en los debates por un

problema que concierne a la humanidad

en pleno

 

 Como puede verse, la investigación, mano derecha de la ciencia, no es protagonista en los debates por un problema que concierne a la humanidad en pleno; el dinero destinado al rubro investigación por parte de las autoridades es irrisorio, pero del que pueden disponer los sectores que direccionan las políticas económicas, es abundante y por supuesto está destinado a sostener sus actividades e incrementar las ganancias.

Cabe ahora otra pregunta ¿seguirá Colombia bailando a son que le toquen, acatando la ruta de la mitigación o sacará a relucir eso que anuncia la Constitución de ser país soberano, para empezar a destinar dineros a la investigación de los importantes y ricos ecosistemas que la conforman?

 Colombia ha de entender también, que junto con ella, la humanidad está en entredicho; que acciones locales tienen beneficios globales.



[1] Sacudir: Conmocionar, alterar el ánimo. Real Academia Española RAE.

[2] Del hebreo Bãbêl cuyo significado es confusión.

[3] Administración eficaz y razonable de los bienes/ Ciencia que estudia los métodos más eficaces para satisfacer las necesidades humanas  materiales, mediante el empleo de bienes escasos/ Conjunto de bienes y actividades que integran la riqueza de una colectividad o un individuo. RAE

[4] Sistema económico en el que las decisiones tienden a obtener el mayor beneficio según la oferta y la demanda con un mínimo de regulación. RAE.

[5] Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático IPCC. Premio Nobel de la Paz 2007, compartido con ex Vicepresidente de Estados Unidos Al Gore, productor de la película sobre el tema, Una Verdad incómoda.

[6] Disminuir la emisión de tales gases.

[7] Reacción química entre el Oxígeno y un material oxidable, acompañada del desprendimiento de energía que habitualmente se manifiesta con incandescencia o llama. RAE

[8] Silvia Riveiro, Investigadora del Grupo ETC. www. ecoportal.net

[9] Dicho del crecimiento cuyo ritmo aumenta cada vez más rápidamente. RAE.

[10] Pérdida de humedad de una superficie, tanto por evaporación como por transpiración.

[11] Datos tomados de Peter Bouyard. Simposio Internacional sobre Cambio Climático; Expo Universidad, Universidad de Antioquia, octubre 10,11 y 12 de 2007.

[12] Veredicto. Tribunal Permanente de los Pueblos. Febrero 2007.