Antioquia
Antioquia, potencia en recurso hídrico
Por: Hernán Porras Gallego
Ingeniero Forestal. Especialista en Gobierno y Cultura Política
Asesor Secretaría del Medio Ambiente, Departamento de Antioquia
El acceso a agua potable en el Departamento es de 75,94%, con una brecha importante entre lo urbano y lo rural, que se identifica en el indicador de 18,03% en acceso a agua potable en la zona rural y del 95,04% en lo urbano con diferencia de 77,01 puntos porcentuales, facilitando identificar la condición de riesgo en salud que presentan los habitantes ubicados en zonas rurales. Muestran una situación crítica en la zona rural las subregiones de Bajo Cauca, seguida de Nordeste, Occidente y Suroeste con indicadores de 0%, 0,49%, 1,04% y 4,14% respectivamente.
Antioquia, además de poseer la riqueza biológica asociada al agua, cuenta con una riqueza hídrica que proviene de los Océanos Pacífico y Atlántico, por la condensación de las humedades en las partes más altas de las montañas, superando en muchas partes el promedio nacional de lluvias a 3.000 mm anuales y llegando a tener precipitaciones en algunas zonas por encima de los 5.000 mm al año, sobre todo en el Chocó biogeográfico y en los límites con el Departamento de Caldas, Municipios de Argelia y Nariño, con rendimientos promedios cercanos a los 61 litros/segundo/km² en sus cuencas altas, según estudios del IDEAM. Sus partes más secas corresponden a los cañones del rio Cauca y Arma en el centro del departamento. El resto, podríamos decir que tiene excedentes y distribuciones favorables de agua durante el año, con dos periodos lluviosos y dos secos, altamente alterados en los últimos años por los efectos del cambio climático.
Además, Antioquia por su topografía montañosa, posee un gran potencial hídrico con tres grandes cuencas hidrográficas: Magdalena, Cauca y Atrato, siendo el segundo departamento colombiano en extensión de costa, 425 km (Revista EL RETO), incluyendo la mayor parte del Golfo de Urabá con los municipios de, Arboletes, Necoclí, San Juan de Urabá, Turbo y Arboletes, conformando el Caribe antioqueño.
Cuenta con unas enormes reservas de aguas subterráneas, embolsadas en las profundidades de los grandes valles de las cuencas del río Aburrá, Cauca-Nechí, Río Negro, Magdalena y bajíos del Urabá, que se convierten en futura despensa acuícola al servicio de las comunidades del departamento.
Las culturas del agua
Con tanta agua, no es extraño que tengamos algunas comunidades adaptadas y grandes conocedoras de la gestión del agua, verdaderas sociedades acuicultoras. Entre otras, se destacan las de pescadores en la costa, las ribereñas de los ríos Atrato y Magdalena. Las poblaciones continentales, tradicionalmente ligadas a la agricultura y al comercio, poco o nada saben del manejo, producción y aprovechamiento del agua, salvo las iniciativas empresariales de producción de energía, la mayoría ligadas al sector público de generación de energía y prestación de servicios públicos.
Las producciones hidroenergéticas
Hoy en día existen en el país cerca de 70 instalaciones hidroeléctricas cuya capacidad va desde menos de 1MW hasta 1,500 MW. Sin embargo la gran mayoría de la hidroelectricidad (98% de la potencia y 99% de la energía) corresponde a 35 centrales que operan con agua almacenada en 35 embalses; siete de los cuales fueron construidos primordialmente para suministro de agua Estas condiciones son la que permiten que Antioquia sea una potencia hídrica y energética en Colombia, con 11 grandes represas y otra en Construcción en el río Cauca (Hidro Ituango, la mayor generadora de energía proyectada que tiene el país con 2.400 Megavatios) y una de ellas la de mayor agua embalsada y de regulación en Colombia, Peñol- Guatapé, con 1.240 millones de metros cúbicos. El agua y su capacidad productiva, le dan la fuerza económica a tres de las más grandes empresas del País: ISA, ISAGEN y Empresas Públicas de Medellín, EPM.
Según el estudio, “Potencial Hidroeléctrico de Antioquia Inventario, perspectivas y estrategias”, realizado por el BIRD, Antioquia, en 2010 se encontraban 45 centrales hidroeléctricas en operación, con una capacidad de 3.803 megavatios, correspondiente al 28,6% del total del país, que asciende a 13.279 MW. Además, se están construyendo 6 centrales hidroeléctricas con una potencia total de 3.503 MW. El resto del potencial identificado se encuentra en diferentes niveles de estudio, dentro de los cuales se destacan estudios de factibilidad para 6.784 y diseño para 1.008 MW.
La importancia del agua
La importancia del agua, trasciende el de la producción energética, siendo reconocida nuestra dependencia y nuestra relación cotidiana con éste vital líquido, tanto desde la provisión para nuestra existencia biológica al hacer parte de nuestra fisiología, como al contribuir a la existencia de una alta riqueza y diversidad de flora y fauna, que en algunas partes, es endémica en Antioquia y Colombia. El agua es el centro de la atención en la definición de condiciones y calidad de vida para la población, tanto por la oferta de agua potable como la posibilidad de resolver el saneamiento básico.
Agua para la elaboración de nuestros alimentos, para la producción agrícola y pecuaria, para el mantenimiento de nuestras viviendas y el aseo personal. Aguas íntimamente ligadas a los Bosques que la regulan, al paisaje con cascadas para el disfrute en charcos y zonas de camping, la pesca recreativa y artesanal; Agua para la producción de peces en estanques y en ríos para consumo, complemento de nuestra seguridad alimentaria y la comercialización. Agua para el soporte de los procesos industriales, floricultivos, producción de bebidas y desarrollo agroindustrial y minero.
Aguas para el turismo como fuente de actividades lúdicas y culturales, para la celebración colectiva en fiestas como la del Bullerengue y el Coco en Necoclí, culturales y del Mar en Arboletes, de la trucha en Belmira, del Agua en el municipio de San Carlos y Briceño, del Río en San Rafael y de la madera en San Luis, del carriel en Envigado y Jericó, cuya fama se hizo posible gracias a las nutrias, en vías de extinción de los ríos de Antioquia, aguas para el Bote Paseo por la quebrada La Marinilla realizado en su semana del ambiente y agua para recorridos bulliciosos de las barcazas turísticas en el embalse Peñol-Guatapé, el goce y disfrute de playas en Necoclí y Arboletes, por mencionar solo algunas. Aguas como enormes autopistas, siempre abiertas, para la conexión de todas las actividades socio económicas de las comunidades, a lo largo de los ríos Magdalena, Atrato, Cauca, y Nechí, entre los más importantes y a lo largo y ancho del Golfo de Urabá.
Los servicios públicos y el agua
El acceso a servicios públicos (agua potable saneamiento básico) representa una de las situaciones con mayores dificultades en el departamento de Antioquia. La existencia de dos realidades, contrastan en Antioquia la cara del dolor y la exclusión representada en una Población con pobreza por NBI de 22,96%, que se ubica principalmente en las Subregiones de Urabá y Bajo Cauca, con indicadores de NBI del 53,18% y 58,95% respectivamente y una subregión como el Valle de Aburrá con un indicador de NBI del 11,51% que concentra un población del 58.44%, dos situaciones diferentes en un mismo territorio que nos permiten identificar las grandes brechas de desarrollo que existen y la deuda social que decidimos empezar a saldar.
El acceso a agua potable en el Departamento es de 75,94%, con una brecha importante entre lo urbano y lo rural, que se identifica en el indicador de 18,03% en acceso a agua potable en la zona rural y del 95,04% en lo urbano con diferencia de 77,01 puntos porcentuales, facilitando identificar la condición de riesgo en salud que presentan los habitantes ubicados en esta zona del Departamento. Muestran una situación crítica en la zona rural las subregiones de Bajo Cauca, seguida de Nordeste, Occidente y Suroeste con indicadores de 0%, 0,49%, 1,04% y 4,14% respectivamente.
El comportamiento con relación a la cobertura del servicio de Acueducto es de 88,08% para el Departamento, con un indicador de cobertura urbana de 97.88% y rural de 58.39%, estando en situación crítica la zona rural de las subregiones: Nordeste, Bajo Cauca y Urabá, con coberturas de 33,43%, 34,41% y 35,24% respectivamente. Persiste un diferencia importante entre cobertura urbana y rural que presenta una diferencia de 39,49 puntos porcentuales
.Con relación a la cobertura de servicio de alcantarillado, encontramos que su indicador es inferior al servicio de acueducto, para el Departamento de Antioquia la cobertura en alcantarillado es de 79,9% con un indicador para la zona rural del 34% y para la urbana del 95,05%, siendo igualmente complejo el comportamiento y cobertura de este servicio para la zona rural, donde identificamos situaciones críticas para las subregiones: Norte, Urabá, Nordeste y Oriente con cifras tales como: 15,32%, 15,36%, 15,55% y 16,47% respectivamente. Para el servicio de electrificación, la cobertura Departamental es del 96,12%, con un indicador en la zona urbana de 99,56% y Rural de 85,67%55. La cobertura en las zonas atendidas por el operador de la red, EPM es de 89.8%
Actividades que generan problemas con el agua
Tan importante y servicial aporte del agua a nuestra existencia, o las dificultades que genera por la ausencia o falta de calidad, no deja de tener riesgos y problemas derivados de nuestras relaciones desastrosas con ella, a lo largo del territorio. A nivel planetario nos vemos afectados por el cambio climático, lo que traerá lluvias torrenciales, épocas de sequía más largos y aumento de hasta 4 grados centígrados en los próximos 50 años.
Además, las acciones negativas nuestras van desde la deforestación con tala y quema de los bosques reguladores del ciclo del agua, para ampliación de la frontera agrícola y ganadera; potrerización y ganaderización de amplias zonas, inadecuadas para ello, agriculturas no apropiada para el tipo de suelos, pendiente y condiciones climáticas, con alta y abusiva utilización de agroquímicos de gran toxicidad que la contaminan y la transfieren a la cadena de vida y que termina en los peces y en nuestros platos; disposición inadecuada de residuos y desperdicios domésticos e industriales que terminan en acuíferos y en corrientes de agua; extracción abusiva de material vegetal y de fauna de los ecosistemas boscosos que desequilibran el balance biótico y la calidad de las mismas; establecimiento de cultivos ilegalizados en ecosistemas frágiles; alta sedimentación y aguas turbias por capacidad de arrastre de suelos y partículas suspendidas; contaminación de aguas sub-superficiales y subterráneas por agroquímicos, hasta vertimiento de aguas residuales domésticas e industriales con sustancias peligrosas; tóxicos provenientes de la minería del oro: Mercurio y cianuro, vertidos en fuentes y corrientes de agua. Desconocimiento e inadecuada información sobre el contenido y funcionamiento de nuestros ecosistemas; de la cantidad y la calidad del agua que disponemos, débil aplicación normativa a prácticas sociales de destrucción y deterioro de los recursos naturales. Todo este panorama no solamente contamina y destruye la vida, los recursos naturales, sino que tenemos la mayor parte de las aguas no aptas para el consumo humano y estas son causa de muchas enfermedades en las comunidades, hecho que afecta además las múltiples actividades productivas y económicas que se desarrollan en el departamento. Así, el futuro para nuestra región no es nada halagüeño y prometedor. Se sigue afectando y deteriorando nuestro recurso más valioso y no parece existir actividades suficientes para detener este proceso destructivo.
Investigación y docencia
Existe un espacio departamental de trabajo, La Cátedra del Agua y facultades en varias universidades que han aportado y siguen haciendo investigación en torno al agua. Es conocido el desempeño en torno al agua y la salud desde la Facultad de Salud pública y la Ingeniería Sanitaria de la U.de. A y el de la hidráulica y la energía desde Universidad Nacional; el papel de ACODAL, Asociación Colombiana de Ingeniería Sanitaria y Ambiental y sus aportes en las propuestas de prestación de servicios públicos relacionados con el agua, pero con más dificultades para participar que las soluciones realmente aplicadas. Todas ellas, deben brindar su capacidad de formación, educación, investigación y su extensión, para fortalecer la gestión Integral del agua en el Departamento, con beneficio social.
Contribuir a la solución de cobertura de agua potable con tecnología apropiada y bajo costo, al fortalecimiento de los acueductos municipales, los acueductos rurales, a través de sus Juntas Administradoras y ojalá para re-direccionar las empresas subregionales de servicios públicos, de manera que se incremente el capital social y la infraestructura pública de servicios. Que se constituyan alianzas entre universidades, para la investigación y optimización de las diferentes producciones alternativas e hidroenergéticas locales, con el diseño y ejecución de mini-centrales, de manera que se pueda lograr economías y autonomías veredales, corregimentales y municipales, ahorrando varios cientos de millones de pesos anuales a cada ente territorial. Para la oferta de un amplio portafolio de iniciativas productivas asociadas al agua, entre otras, la piscicultura a gran escala en agua dulce y en el mar, camaroniculturas, cultivo de algas, producciones de materia orgánica, aprovechando una de nuestras mayores riquezas y vinculando a las organizaciones de la población en ella. Recursos económicos que aporten a la economía local y regional y que podrían igualmente ser invertidos en la protección de los bosques y la gestión integral de las cuencas hidrográficas del Departamento.